Dermatología

Preguntas más frecuentes

Preguntas más frecuentes al recibir el diagnóstico de vitíligo:

Por: Dra. Karen Férez

  1. ¿El vitiligo se contagia?

No. Se puede tocar, abrazar, acariciar la piel con vitíligo, es absolutamente imposible que se transmita de persona a persona.

 

  1. ¿Se puede controlar?

Sí, existen tratamientos para frenar el vitiligo. Estos deben ser personalizados. Consulta con tu dermatólogo certificado.

 

  1. ¿Se puede curar?

Hay múltiples tratamientos para lograr repigmentar las manchas, entre más pronto se inicien, más posibilidades hay de tener una buena respuesta. Sin embargo, siempre existirá el riesgo de que aparezcan nuevas manchas o que la que ya había repigmentado se despigmente. Hasta la fecha, ningún tratamiento elimina esto al 100%.

 

  1. ¿Cuál es el riesgo de que una mancha ya repigmentada se despigmente?

El riesgo de recaída después de una repigmentación exitosa es de 40% en el primer año después de suspender el tratamiento.

 

  1. ¿Cuál es la relación entre el vitíligo y la enfermedad tiroidea?

Los pacientes con vitiligo y sus familiares en primer grado tienen una prevalencia incrementada en enfermedades autoinmunes, como enfermedad tiroidea autoinmune, diabetes mellitus tipo 1, anemia perniciosa, artritis reumatoide, enfermedad de Addison, lupus, y síndrome de Guillain-Barré, entre otras. Este sugiere una predisposición genética para autoinmunidad en general, más que específicamente para solo vitiligo. De todas las condiciones encontradas en pacientes con vitiligo, la enfermedad tiroidea es la más común, con una prevalencia de 19%. Por lo anterior se ha sugerido tamizar anualmente a estos pacientes para enfermedad tiroidea. Se estima que el riesgo de presentar enfermedad tiroidea en pacientes con vitiligo se duplica cada 5 años. A pesar de esto, NO se recomienda realizar estudios a todos los pacientes. Tu dermatólogo valorará tu caso e indicará los estudios pertinentes.

 

  1. ¿El vitiligo es genético?

Sí, y tiene una arquitectura genética compleja. 80% del riesgo de presentar vitiligo se atribuye a factores genéticos, el otro 20% a factores ambientales. Se han identificado 50  loci significativos en todo el genoma (GWAS). 91% de los casos con vitiligo con “simples” es decir, no tienen familiares con la misma condición, y 9% son “multiplex”, es decir que pertenecen a familias que la comparten. El riesgo de presentar y heredar el vitiligo es mayor en las familias “multiplex” que en las “simplex”, por lo que debe individualizarse. Así mismo, el vitiligo puede ser transmitido por los familiares que no lo presentan.

 

  1. ¿A qué edad se presenta el vitiligo?

Afecta todas las edades. En general, el promedio de inicio de edad es 25.9 ± 16.6 años. El subgrupo de inicio temprano, que comprende el 38% de los casos tiene una media de inicio a los 10.3 ± 5.6 años, y el subtipo de inicio tardío, que comprende el 62% de los casos, tiene una media de 34.0 ± 14.5 años al inicio.  

 

  1. ¿El vitiligo aumenta el riesgo de cáncer de piel?

No. La evidencia actual indica que no hay mayor riesgo de cáncer de piel (melanoma y no melanoma) en pacientes con vitiligo comparados con población general. Sin embargo, es importante mantener una fotoprotección estricta por el riesgo de quemaduras solares graves en las áreas despigmentadas.

 

  1. ¿La fototerapia NB-UVB 311 nm usada como tratamiento para vitiligo aumenta el riesgo de cáncer de piel?

No. Es un tratamiento seguro usado desde 1980 para el vitiligo. La dosis administrada es muy baja. Si bien no hay estudios que estipulen el número de sesiones máximas, los modelos matemáticos sugieren alrededor de 200. Sin embargo, se puede continuar su uso mientras haya repigmentación. Cada caso debe ser estudiado e individualizado.

  1. ¿Inevitablemente terminaré sin color en la piel?

No. El vitiligo es impredecible, a veces repigmenta espontáneamente, a veces la mancha no cambia, y a veces crece o se esparce. Incluso en este último caso, tampoco hay forma de saber si progresará a un vitiligo universal. Cada caso es diferente y durante la vida el paciente puede experimentar periodos de despigmentación y repigmentación espontánea, así como recibir tratamiento. De ninguna forma está condenado a terminar sin color. Por el patrón de despigmentación se puede determinar si está estable o activo en una consulta médica, y tratar acorde.

¿Cómo cambio mis hábitos?

Empecemos por saber primero qué es un hábito, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, el hábito es el “modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias intuitivas”.

 

 

La ciencia que ocurre atrás de querer cambiar hábitos, no es la conducta per se, sino todos esas pequeñas acciones/decisiones que tomamos alrededor de la conducta que queremos cambiar y que en el proceso segregamos dopamina, que está relacionada a la motivación.

 

 

Un claro ejemplo sería: quiero comer más verduras y frutas en mi dieta habitual, entonces el invertir tiempo a ir a comprar los alimentos, lavarlos, desinfectarlos y hasta cortarlos para guardarlos en el refrigerador va a hacer que cuando queramos agregarlos a nuestro consumo diario sea “sencillo” porque estarán a la mano… Seamos honestos; si sabemos que nos va a generar un esfuerzo extra el hacer todo lo anterior antes de incluir esos alimentos cuando tenemos la oportunidad en automático regresaremos a conductas ya conocidas.

 

 

Otro factor que influye son las asociaciones positivas y/o negativas alrededor de los alimentos que vamos construyendo a lo largo de nuestras vidas.

 

 

 L.N. Lolvé Romero Martínez

¿Propósitos o intenciones?

Con cada inicio de año, realizamos un trabajo de introspección para saber cuáles serán los temas que queremos trabajar a lo largo de todos los meses de acuerdo a nuestros intereses.

 

 

Hablemos de esta ola de reflexión en cuanto a los propósitos y/o intenciones que tendremos para este año que comienza. Teniendo en cuenta que los propósitos se refieren a todas las metas u objetivos que queremos alcanzar mes por mes o a lo largo del año; viéndose claramente limitada porque son acciones específicas a trabajar; como cuando decimos que vamos a realizar ejercicio 3 veces por semana por espacio de una hora.

 

 

Mientras que las intenciones son en lo general lo que queremos lograr, dejándonos la posibilidad de buscar la manera en que mejor podemos lograr nuestros objetivos de la mano de preguntarnos constantemente qué nos suma a nuestro bienestar; retomando el ejemplo anterior en vez de establecer solo una opción de realizar ejercicio, cuando trabajamos desde la intención abrimos un abanico de posibilidades permitiéndonos realizar tal vez de 20 a 30 minutos diarios de movimiento (en este caso es la actividad que más te acomode a tus gustos, estilo de vida) dándote la flexibilidad de que habrá días que lo podrás realizar por las mañanas, las tardes o en la noche antes de dormir.

 

 

Desde la neuronutrición le podemos dar otro enfoque, ya que la dopamina es un neurotransmisor encargado del placer y los centros responsables de la actividad motora; también es conocido como el neurotransmisor del placer y la felicidad, más bien es el de la ANTICIPACIÓN DEL PLACER, al ser responsable de la tensión que sentimos antes de obtener una recompensa … ¡Ocupemos la ciencia a nuestro favor! 

 

 

L.N. Lolvé Romero Martínez